III - La Alborada
Luces de Agosto forma parte de una serie de poemas escritos aproximadamente dos años atrás. Por alguna razón, nunca llegué a completarla (algo habitual en mí, al parecer...). Sin embargo, siempre me atrajo esa incómoda discontinuidad, porque me llama a que, en algún otro momento de mi vida, otras circunstancias me darán material suficiente para retomar. ¿Completarla? Lo dudo... Si poseo la salud mental suficiente, espero que hasta el día de mi muerte siempre haya un nuevo capítulo para escribir.
Como un torrente de cicuta
que circula por las venas
es la soledad de los que sufren
el abandono de su Gracia.
Extraviados en tierra yerma,
sin auxilio de su amparo.
Descarriados y a la deriva,
cual corceles desbocados.
¡Noche oscura de una alma
que busca un sueño intangible!
No hay lucero en el horizonte
anunciando la alborada.
La espera se juzga eterna,
mas la señal es clara:
¡Si se ocultan las estrellas,
presta surgirá el alba!
Desde el escritorio de mi casa, escuchando Almafuerte - Trillando la Fina
"Mis años y la madrugada anidan sueños por cumplir. Antes de que llegue la mañana yo te los canto porque sí no más. Son para vos, no digas nada..."
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